EQUILIBRAR EL ELEMENTO TIERRA EN TI
El elemento tierra está relacionado con todo aquello que nos da solidez, firmeza y sustento. Igual que la Tierra misma, este elemento nos da la capacidad de nutrirnos y mantenernos a nosotras mismas cubriendo nuestras necesidades.
En nosotras, este elemento está vinculado con nuestro cuerpo y más concretamente con las estructuras físicas que nos sostienen. Es decir, con el sistema músculo-esquelético.
La tierra como elemento nos habla de nuestras raíces. De cómo nos enraizamos en el mundo en que vivimos y cómo fortalecemos estas raíces para crecer en todos los aspectos de nuestra vida.
Energéticamente el elemento tierra pertenece al primer chakra, Muladhara, también llamado chakra raíz.
Es un elemento eminentemente femenino por sus cualidades receptivas, nutricias y creadoras de vida.
Cuando una semilla cae en tierra fértil, esta le proporciona la humedad, el alimento, el calor y el medio para germinar, crecer y finalmente dar sus frutos.
Del mismo modo, este elemento te aporta la estabilidad, la interiorización y la fuerza necesaria para tu crecimiento y para establecer los cimientos que te permitan mantenerte segura a pesar de las circunstancias de la vida.
Por eso es esencial crear raíces robustas, pues sin ellas no puedes crecer adecuadamente.
Para lograrlo es vital que conectes contigo misma y con tu corporalidad. Es crucial alimentar tu cuerpo y tu mente con nutrientes saludables y eliminar de tu vida hábitos nocivos que te alejan de tu auténtica naturaleza.
Así mismo y puesto que este elemento representa la capacidad de nutrición y sustento, tiene mucho que ver con la abundancia en tu vida.
¿Es fácil para ti materializar tus proyectos? ¿Estás cubriendo todas tus necesidades? ¿Hay prosperidad en tu vida?
Como he comentado la tierra te proporciona el medio ideal para que puedas florecer. Te provee de cuánto precisas para ofrecer y disfrutar de tus hermosos frutos.
Lamentablemente, en la actualidad estamos bastante desconectadas de ese elemento. La mayor parte del tiempo vivimos separadas de la naturaleza y prestamos poca atención a nuestro cuerpo físico.
Por supuesto, que todas tenemos nuestra rutina de higiene personal, procuramos alimentarnos lo mejor posible y hacer ejercicio siempre que tenemos tiempo.
Todo esto es fundamental, aunque no suficiente.
Conectar con el cuerpo requiere que pases tiempo con él, escuchándolo, acariciándolo, mimándolo, honrándolo, como harías con un bebé a tu cuidado.
Es imprescindible que te tomes un tiempo al día para estar contigo misma e intimar con tu cuerpo físico y con tus necesidades.
Sólo así puedes saber qué es exactamente lo que quieres y planear la forma de satisfacerlo.
De ahí, la importancia que tiene equilibrar este elemento en ti.
Elemento tierra equilibrado
Equilibrar el elemento tierra te aporta muchos beneficios:
-Te da una visión clara para establecer tus objetivos y la constancia para caminar hacia ellos generando abundancia
-Obtienes la satisfacción de los bienes materiales, concediéndoles la importancia justa.
-Te da el sentimiento de seguridad, de estar en el lugar adecuado
-Te dota de la capacidad de cubrir tus necesidades y la de los tuyos.
-Te aporta solidez y firmeza para vivir de acuerdo a tus valores.
-Vivirás con «los pies en la tierra» a la vez que experimentas tu propia identidad espiritual.
Elemento tierra desequilibrado
–Falta de cuidado u obsesión por el cuerpo físico.
–Inflexibilidad, incapacidad para adaptarte a los cambios
–Apego a lo material, dificultad para conectar con tu parte espiritual
–Exceso de responsabilidad, cargar con todo tú sola y tener dificultad para pedir ayuda.
–Impedimentos para crear prosperidad en tu vida.
–Apego a las personas que pueden llevarte a considerarlas de tu posesión.
Como puedes ver contactar y equilibrar el elemento tierra en ti es extremadamente importante para crear estructuras sólidas que te permitan cuidarte y atenderte como te mereces.
De lo contario puede ser que te sientas inestable tanto física como mentalmente y que dicha inestabilidad te torne desconcentrada, dispersa y en constante preocupación.
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