¿Eres de las personas que recurren a los dulces cuando te encuentras baja de ánimo?
¿Te haces un maratón de capítulos de series para evadirte de lo que estás sintiendo?
¿Abusas del café, el alcohol u otros estimulantes para poder tirar día a día?
Muchas veces recurrimos a todas esas cosas porque no nos sentimos a gusto con nosotras o con lo que está sucediendo en nuestra vida.
Y sí, todo ello puede generar un alivio y hacerte sentir placer. El problema es que ese bienestar es momentáneo y lejos de ayudarte a resolver los problemas emocionales, estos pueden agravarse a largo plazo y aumentar el malestar, incluso provocando estados depresivos.
Teniendo en cuenta la relación que hay entre las emociones y las hormonas, no es de extrañar que si no solventamos el desequilibrio y el dolor emocional, nuestro sistema hormonal puede verse alterado y viceversa.
Sin embargo, hay muchas opciones de crear hormonas del bienestar de forma natural sin el riesgo de caer en adicciones dañinas y generar un problema mucho mayor.
Si comienzas a ponerlas en práctica, te aseguro que muy pronto notarás la diferencia y obtendrás mucho más placer y más duradero.
1.- Aumenta tus niveles de triptófano
El triptófano es el precursor de la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, que influye en el humor y la sensación de bienestar. Así que cuanto más triptófano tenga tu cuerpo, más serotonina puede fabricar.
Además también es la materia prima de la melatonina, hormona que regula los ciclos de vigilia y de sueño, entre sus múltiples funciones.
El triptófano es un aminoácido esencial, lo que quiere decir que nuestro cuerpo no puede producirlo. Por eso es esencial adquirirlo a través de los alimentos.
Entre los alimentos que contienen triptófano se encuentran las semillas como las de chía, sésamo y girasol; la avena, el trigo sarraceno, las castañas, el tempeh, la espirulina, la albahaca y las aves.
2.- Sustituye los azúcares refinados por otros más sanos
La próxima vez que sientas ganas de tomar dulce opta por versiones saludables que te ayuden a aumentar la serotonina y la dopamina.
Elige productos no procesados que no te provoquen un pico de glucosa demasiado rápido. Una buena opción es tomar un puñado de pasas, plátanos, arándanos o unas cuantas almendras.
3.- Disfruta de un buen chocolate sano
El chocolate es una buena fuente de triptófano, magnesio y teobromina que es uno de los compuestos responsables de que, al tomar cacao, sintamos esa sensación de entusiasmo, animación o felicidad.
Cuida que el chocolate que consumas sea sano, es decir que contenga al menos 75 por ciento de cacao.
4.- Toma el sol y trata de estar el mayor tiempo posible con luz natural
Existe una clara relación entre la luz solar y los estados de ánimo. La luz del sol es una gran aliada de nuestra salud física y emocional. Estimula la producción de serotonina y mejora la visión notablemente.
Gracias a ella nuestro organismo genera la vitamina D, esencial para múltiples procesos en el organismo, entre ellos el mantenimiento de nuestros huesos y dientes.
Pero, además de eso, hoy sabemos que una exposición adecuada a la luz del sol refuerza nuestra inmunidad (algo que es crucial en estos momentos) y ayuda a regular los ritmos de vigilia y sueño.
Es muy recomendable exponer nuestro cuerpo al sol cada día a horas en las que no pueda resultar dañino (primera hora de la mañana o última de la tarde) y tomar dichos baños sin protector solar.
5.- Muévete
¿Necesitas una dosis rápida de hormonas del bienestar? Entonces, ponte en movimiento.
Realizar ejercicio físico regular es fundamental para conservar una buena salud.
Una actividad de al menos 30 minutos al día te ayudará a conservar tu vitalidad y tu juventud y es indispensable si estás pasando por la etapa del climaterio y la menopausia.
Si estás en ese caso incluye ejercicios de fuerza, impacto y equilibrio para hacer que tus huesos permanezcan fuertes y alejar la osteoporosis de tu vida.
También es excelente saltar en las camas elásticas para mover la linfa y favorecer la limpieza de toxinas que puedan acumularse en el cuerpo.
Elige el tipo de ejercicio que te guste y que disfrutes, baila, camina rápido, monta en bici. Lo que quieras, siempre y cuando te muevas. Y si además lo haces al aire libre, sumarás los beneficios de la luz natural.
Recuerda que el sedentarismo es la causa de muchas de las afecciones físicas en el mundo occidental y acelera el envejecimiento de forma progresiva.
6.- Duerme y descansa lo suficiente
Pocas cosas nos hacen sentir tan mal como cuando estamos cansadas. Dormir bien es crucial para generar bienestar y vitalidad.
Durante el sueño nocturno nuestro cuerpo se repara y nuestra mente se renueva. Cuando no descansamos lo suficiente el organismo deja de funcionar de manera óptima. Es importante mantener rutinas que nos ayuden a tener un sueño profundo y reparador.
Algunas de las estrategias para hacerlo son dormir completamente a oscuras, no tener televisión no otros dispositivos electrónicos en la habitación, cenar ligero al menos dos o tres horas antes de ira a la cama, hacer ejercicios de relajación y meditación.
Además, si no has descansado suficiente durante la noche, permítete periodos de descanso durante el día. Una breve siesta de 20 minutos bastará para revitalizarte.
Es esencial que aprendas a equilibrar los periodos de actividad y de reposo. Date un respiro a mitad de la jornada, ve a dar un paseo o realiza una meditación para relajarte.
Sé que a las mujeres nos cuesta mucho parar y dejar de hacer. Sin embargo, es muy necesario hacer una pausa de vez en cuando para no desgastarnos y llenarnos de tensión.
7.- Rodéate de amabilidad
Está demostrado que tanto ser amable como recibir amabilidad estimula la producción de serotonina.
Por el contrario, estar en ambientes donde las personas discuten y no se tratan bien produce una pérdida importante de energía.
Según David Hamilton, el bioquímico escocés autor del libro «Los cinco beneficios de ser amable», siendo amables nuestro cuerpo está más sano.
Este científico nos dice que la amabilidad modifica el cerebro, porque produce sustancias que tienen efectos en ciertas regiones específicas del cerebro. Y el proceso también es válido a la inversa: el estrés genera adrenalina y cortisol. Al contrario, cuando se es amable con alguien, “nos hace sentir bien” y producimos serotonina, la hormona que él llama de la amabilidad.
8.- Sonríe aunque no tengas ganas
La fisiología de nuestro cuerpo afecta a nuestras emociones y nuestro estado de ánimo.
Haz la prueba de intentar sentirte triste mientras esbozas una sonrisa. Es tremendamente difícil, ¿verdad?
Y es que si tu cuerpo está haciendo algo que se relaciona con la alegría o el entusiasmo, el cerebro cree que nos estamos divirtiendo.
Por eso trata de sonreír todo el tiempo que puedas. Si no te apetece puedes sujetar un lápiz entre los dientes y estirar los labios como si estuvieras sonriendo. Este simple acto hará que tu cerebro crea que estás bien y comenzará a segregar hormonas del bienestar.
Te animo a ver el video de Youtube «Como curarse con una sonrisa del Dr, Mario Alonso Puig» donde te habla del poder de la sonrisa y por qué es tan efectiva para mejorar la salud.
9.- Abraza y juega como cuando eras niña
Abrazar es una de las mejores cosas que puedes hacer para sentirte bien. Juega con tu mascota, si la tienes. Saca a pasear a tu niña interior y dale rienda suelta a tu parte lúdica.
Siempre hay tiempo para el disfrute y el placer. Reserva ese tiempo para hacer cosas que te gusten y que te diviertan.
10.- Practica el agradecimiento
Cuando nos sentimos mal no siempre es fácil sentir agradecimiento por lo que tenemos o está sucediendo en nuestra vida.
Sin embargo, mantener una actitud de agradecimiento te hará sentir mejor y te ayudará a aceptar y aprender de cada experiencia.
Está comprobado que las personas que entrenan su mente para vivir con esa actitud de agradecimiento son más felices, mantienen relaciones más satisfactorias y sufren menos depresiones, adicciones o desgaste laboral (burnout); además, afrontan mejor las adversidades del destino. Según investigaciones recientes, entre ellas un estudio de Paul Mills, de la Universidad de California en San Diego, la gratitud beneficia incluso la salud.
Piensa que por muy mal que parezcan estar las cosas siempre vas a encontrar algo por lo que dar las gracias a tus seres queridos, a ti misma o a la vida.
Como ves tienes en tus manos el poder de elegir estrategias para sentirte mejor, equilibrar tus emociones y por lo tanto hacer lo mismo con tus hormonas.
Para ello, es necesario tomar conciencia de tus emociones y no evitarlas. Solo sentirlas y día a día ir haciendo pequeños cambios que te ayuden a generar hormonas del bienestar para crear una vida más libre y más dichosa.
Confío en que estas herramientas que son fáciles de poner en práctica te sean útiles para estar bien y dar un paso más en tu viaje hacia la plenitud.
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